miércoles, 17 de agosto de 2016

El gorrión

He llegado demasiado pronto al gimnasio y está cerrado hasta las diez, por lo cual he decidido desayunar en una terraza con este rico sol de agosto.
Disfrutando del café observo mi alrededor:

Una pareja que desde que se han sentado no ha intercambiado palabra alguna y no ha despegado los ojos de sus respectivos móviles. Otra, un poco más lejos no para de discutir sin importarles ser oídos.  A mi derecha un matrimonio se hablan con gesto de asco, sin cariño alguno.  Hay una mujer sola  leyendo un periódico, su cara transmite mucha paz. En otra mesa dos jóvenes se ríen con ganas de comerse el mundo y al lado un hombre las mira con lascivia.

Después de este espectáculo me detengo a mirar a un gorrión que, ajeno a todos pero esperando las deliciosas migas, se rasca el ala con el pico y me mira impaciente como si leyera mi pensamiento. ¡Hay tantas parejas que siguen juntas cuando no sienten amor y son tan infelices!
Al final salgo del ensimismamiento, le lanzo su manjar y terminamos el desayuno juntos.
Me voy a gimnasio.
Feliz día



El silbato de un tren

Son las 3:00 de la mañana. Llevo dos horas despierta por los gritos de dos hombres sin techo, discutiendo en su idioma que apenas se entiende desde un séptimo piso.
Me asomo a la ventana sabiendo que no soy la chica de ayer, mientras escucho el silbato de un tren que me traslada a mi primer viaje sola, en ese medio de transporte, con catorce años. Conocí a un niño (en aquel momento  me pareció un hombre hecho y derecho) que se iba a realizar el servicio militar. Pasamos toda la noche hablando como almas gemelas. Después dormí en su hombro la última media hora del viaje. Me escribió su número de teléfono en un periódico.
Siempre he soñado con  encontrar aquel papel que para mí era un tesoro y alguien lo tiró después de leer las noticias (como tiran la información que no guardan en su corazón, porque en realidad no les importa cómo está el mundo y mucho menos cambiarlo)

Si, el silbato de un tren es uno de mis sonidos favoritos.
Cuál es tu sonido favorito?


sábado, 25 de junio de 2016

SI, SOY RARA




Mujer, si una persona te dice que si vives sin pareja es porque "debes ser muy rara", puedes:

1-. Mandarle a excavar cebollinos que es muy terapéutico.

2-. Si tienes ganas de explayarte, puedes explicarle:

Si soy rara,
porque sé lo que quiero,
porque trabajo por y para que se cumplan mis deseos,
porque no necesito la sombra de un hombre que me cobije,
porque mi vida está llena de todo lo que me llena,
porque lloro cuando tengo que llorar y río cuando la alegría llega,
porque me permito ser quien soy,
porque me alejo de lo que no me gusta y de quien no me hace bien,
porque amo sin condiciones ni condicionamientos,
porque digo lo que pienso y asumo toda consecuencia, sin miedos,
porque en mi hogar hay paz,
porque a mi lado está quien me quiere bien,
porque en mi camino hay mucha gente buena que me ayuda a hacer un mundo más digno para todos,
porque la persona que comparta mi vida tiene que ser mejor que mi propia soledad y si no, no me conformo con cualquiera por no estar sola.
Soy rara porque, por desgracia, no todas las personas son tan felices como yo y la excepción, normalmente, huele a rareza.

3-. También puedes darte la vuelta e irte, porque los necios que  no soportan la felicidad de los demás, solo merecen una contestación: el silencio de los sabios, como tú, MUJER.

viernes, 15 de enero de 2016

NO SIRVO

Me dijeron que no servía para vivir con un hombre

Es cierto no sirvo:

No sirvo para vivir con un hombre que no escucha tus silencios. 
No sirvo para vivir con un hombre que te consuela con consejos. 
No sirvo para vivir con un hombre que hace de ti su sombra. 
No sirvo para vivir con un hombre que no sonríe desde dentro. 
No sirvo para vivir con un hombre que no comparte más que cama y dos palabras. 
No sirvo para vivir con un hombre que pocas veces dice "te quiero". 



Pero a quien me dijo que no servía para vivir con un hombre, le contesto:

No es cierto, SI sirvo:

Sirvo para vivir con un hombre que acompañe, en silencio, mis silencios. 
Sirvo para vivir con un hombre que aprecie los esfuerzos. 
Sirvo para vivir con un hombre que ame tus defectos. 
Sirvo para vivir con un hombre que no le asusten los duelos. 
Sirvo para vivir con un hombre que le duela la boca de sonreír desde dentro. 
Sirvo para vivir con un hombre que su hogar sea su paraíso. 
Sirvo para vivir con un hombre que te consuele con abrazos. 
Sirvo para vivir con un hombre que no se canse de decir "te amo".